Sheinbaum y Batres: un frente común por la salud

- En su primer año, la presidenta refuerza la red nacional de medicamentos y hospitales; Batres, desde el ISSSTE, traduce esa visión en un servicio más humano con el programa Trato Digno y mejoras laborales para el personal médico.
Por Mario Moreno, Coordinador del programa Trato Digno del ISSSTE
El primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum marca un punto de inflexión en la política social del país: la salud pública ha vuelto a ser una prioridad real. Lejos de los discursos, los resultados empiezan a reflejarse en hospitales renovados, mejor abasto de medicamentos y programas que acercan los servicios a las comunidades.
En solo doce meses, su administración ha logrado elevar el abasto de medicamentos por encima del 90%. Este logro no se limita a cifras: significa que millones de familias pueden acceder a tratamientos completos sin tener que gastar lo que no tienen. La demanda social es justa, por eso se trabaja arduamente para llegar al 100% de abasto.
Junto a la distribución de fármacos, la presidenta ha apostado por una red nacional de infraestructura médica. En su primer año se inauguraron 31 hospitales y más de una docena de clínicas, además de modernizar quirófanos y laboratorios. Esta expansión busca cerrar la brecha entre las grandes ciudades y las regiones rurales, donde la atención médica sigue siendo un desafío cotidiano.
La estrategia “Salud casa por casa” también ha tomado fuerza. Inspirada en el principio de la atención preventiva, este programa permite a médicos y enfermeras visitar directamente a personas adultas mayores y grupos vulnerables. La salud, bajo esta lógica, no espera en una ventanilla: toca la puerta y llega hasta donde se necesita.
En ese mismo espíritu, Martí Batres, al frente del ISSSTE, ha sido pieza clave de este primer año. Su gestión ha privilegiado un cambio de fondo: pasar de la burocracia al humanismo. Con el programa Trato Digno, el instituto ha reforzado la capacitación del personal, mejorado la atención al paciente y revalorizado el papel del trabajador de la salud. El respeto y la empatía, muchas veces olvidados, se colocan ahora en el centro del servicio público.
Pero los avances no se limitan a la atención cotidiana. Batres ha impulsado la recuperación de hospitales, la ampliación de unidades médicas familiares y la homologación salarial del personal médico, además de la condonación de miles de créditos del FOVISSSTE, lo que da estabilidad a quienes sostienen el sistema desde dentro.
Los logros de este gobierno enaltecen una misma narrativa: humanizar la salud pública. Porque no se trata solo de inaugurar hospitales o distribuir medicinas, sino de garantizar que cada persona sea atendida con respeto, que la salud deje de ser una promesa y se convierta en un derecho palpable.
Queda por hacer. Persisten retos, pero los cimientos ya están puestos. La política de salud en México se siente cercana, organizada y con rumbo. El desafío del segundo año será consolidar esta transformación, mantener el abasto, ampliar el Trato Digno y garantizar que la salud pública de calidad llegue a todos los mexicanos.